lunes, 10 de octubre de 2011

Heridas


A veces lastimamos a quien amamos, sin darnos cuenta; a veces nos lastiman, sin intención… Las heridas pueden perdonarse, pero no se borran, se quedan en nosotros recordándonos qué caminos no debemos tomar.

 Después de lastimar a alguien, nada puede ser lo mismo, la historia puede seguir bien, pero no igual, tal vez pueda mejorar, si crecemos, pero inevitablemente, cambia…

Y es que hasta la mejor historia de amor tiene que terminar; el “para siempre” es lo que queda en los recuerdos, de ellos depende la eternidad de un amor… Y lo mismo pasa con la amistad.

Empiezo a pensar que la única misión que todos tenemos en este mundo, es dejar una enseñanza a alguien. Y ahí es cuando nos volvemos eternos, cuando ayudamos a alguien a descifrar una verdad de la vida; una moraleja que seguirá existiendo en todos aquellos que la conozcan.

Por cada herida que tengamos, hay una lección importante, para nosotros, para quien la provocó, o para alguien más, pero existe.   A lo mejor,  mis cicatrices de hoy, ayuden a personas de mañana…
¡Aprendí tanto en tan poco tiempo!

Adolescencia: un curso intensivo para saber lo que será el resto de tu vida, y es así, hay que vivirla bien, lo que hoy es un juego, mañana puede ser un vicio…