miércoles, 30 de noviembre de 2011

Donde hubo fuego, cenizas quedan...

  
 Las cenizas caían esparcidas por todo el lugar, aquél primer lugar en que estuvieron juntos. Sus ojos y su alma veían el espectáculo, una nube gris se dispersaba con el viento y ella, no sentía nada.
   Una vez que el suelo se cubrió de polvo, sonrió de costado, con malicia y abandonó el lugar…